A pocos días de que culmine 2018, la región Puno cierra el año con diez conflictos sociales referidos a problemas medioambientales. Estos se encuentran vinculados a la gran minería, además de la minería informal e ilegal.
Entre los que más destacan, se encuentra la contaminación de la cuenca de Llallimayo por parte de la mina Arasi.
También se tiene la contaminación de la cuenca del río Coata con aguas servidas de la ciudad de Juliaca. En la lista figura, además, la afectación de la cuenca del río Ramis, con relaves de los mineros que operan en zonas del distrito de Ananea, provincia de San Antonio de Putina.
Jacinto Ticona, representante de la Defensoría del Pueblo en Puno, aseguró que la mayoría de casos datan de hace varios años. Precisó que el Estado, en diversas ocasiones, no ha mostrado interés en solucionarlos, peor aún porque no hubo coordinación con los diversos entes involucrados.
El sociólogo Carlos Flores aseguró que 2019 será un año difícil, porque, en la mayoría de problemas identificados, las autoridades hicieron poco por atender los reclamos. “Que Puno tenga estas cifras no sorprende. Hay que bregar por las soluciones«, dijo.
Fuente: La República